La sostenibilidad y conciencia ecológica es uno de los principales desafíos de la industria editorial y uno de los pilares del proyecto “España, Invitado de Honor en la Feria de Fráncfort 2022”. Fruto de esa necesidad nace la ecoedición: un nuevo modelo de gestión sostenible de todo el proceso de publicación que aporta un valor añadido a la industria editorial y a la sociedad.
El objetivo es incorporar al proceso de edición criterios ambientales y sociales que minimicen los impactos negativos derivados de esta actividad a lo largo de todas sus fases: desde el diseño, la fabricación y elección de materias primas, pasando por el uso de energías renovables, la distribución, su ubicación en las librerías y el uso por parte del consumidor.
Repasemos algunas de las opciones que existen en cada una de estas etapas para lograr una transformación sostenible.
Diseño
Entre el 70 y el 80 % del impacto ambiental de los productos se determina en la fase de diseño. Ser creativo es compatible con cuestiones tan prácticas como la elección del papel, el formato que propicie los estándares reconocidos internacionalmente y que reducen el consumo, generar menos residuos, reutilizar algunos, alargar su vida útil… Por ejemplo, un libro maquetado con enormes márgenes y muchas páginas en blanco hará que se use más papel del necesario. También hay que plantearse diseños poco oscuros, no al 100 %, que reducen el consumo de tintas.
Elección de las materias primas
La producción del papel supone casi el 50 % del impacto ambiental de un libro. Por eso es preferible utilizar papel de origen local, de una gestión forestal sostenible (FSC,PEFC o equivalente) o certificados con alguna ecoetiqueta. Hay que conocer la procedencia de la materia prima que se utiliza y los distintos procesos industriales que ha sufrido y huir de los papeles blanqueados con cloro o de talas ilegales.
Según La Memoria de Sostenibilidad del Papel que acaba de hacer pública la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), en España se usan anualmente 5,3 millones de m3 de madera para la producción de celulosa. El 97 % de esta madera viene de plantaciones locales de pinos y eucaliptos y el 3 % restante de plantaciones de otros países de la Unión Europea.
Este miércoles 19 damos a conocer la publicación más emblemática de nuestro sector: la Memoria de Sostenibilidad del Papel. ¿Quieres saber por qué el sector papelero es referente de #industriasostenible y #economiacircular? ¡Pues estad muy atentos! 🥸🌲♻️
— ASPAPEL (@AspapelOficial) January 17, 2022
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Y siempre existe la posibilidad de utilizar papel reciclado. Según ASPAPEL, la industria papelera española es la segunda mayor recicladora de la Unión Europea en volumen, solo por detrás de Alemania y empatada con Francia. El 97 % de la madera y el 71 % del papel para reciclar son de procedencia local. Las fábricas papeleras españolas reciclan anualmente 5,1 millones de toneladas de papel usado.
Otro factor a tener en cuenta es la fuente de energía utilizada en la fabricación de este papel. ASPAPEL asegura que su sector es hoy el mayor productor y consumidor industrial de biomasa en nuestro país. Actualmente la biomasa supone el 34 % del total de combustibles empleados. Las emisiones de CO2 se han reducido un 25 % con respecto a 2011, las de NOx un 52 % y las de SOx un 86 %
El consumo de agua es uno de los elementos más importantes a considerar. El papel utiliza el agua en la preparación de pasta y como medio de transporte de la fibra de celulosa con la que se fabrica. En 2020 el uso total de agua en las fábricas españolas de celulosa y papel fue de 102 millones de m3 anuales, lo que supone menos de la mitad que en 1990, pese a que la producción se ha incrementado un 60 %. Y en comparación con los 124 millones de m3 anuales de 2011 el descenso ha sido de un 18 % para un nivel de producción similar.
De esos 102 millones de m3 de agua, en realidad, solo se consumió un 4 %, que es la cantidad que se evapora durante la fabricación o se incorpora al producto final. El resto, después de reutilizarla el mayor número de veces posible, se devolvió depurada al medio receptor: ríos, lagos, mar, colectores municipales, estuarios…
El uso de tintas ecológicas en la impresión digital es otra de las grandes apuestas en el sector de la imprenta. Son la mejor opción para desechar las tradicionales de base mineral que contienen resinas, disolventes y aditivos que liberan compuestos orgánicos volátiles.
Las tintas de base vegetal utilizan, como su nombre indica, un aceite vegetal como compuesto principal. Su ventaja es que son en gran parte biodegradables y tienen un nivel de toxicidad mínimo. Además, permiten una limpieza más sencilla de las máquinas de impresión, sin necesidad de recurrir a disolventes orgánicos.
Impresión
Lo primero es decidir una tirada ponderada que haga más eficaz la gestión de recursos económicos y materiales gracias a la adecuación a las necesidades reales. Según datos del estudio Comercio Interior del Libro en España, presentado por la Federación de Gremios de Editores de España, la tasa de devoluciones de stocks de libros a las editoriales durante 2020 fue del 28,2 %. A menudo, el destino final de estos no es otro que la destrucción. Aunque la materia prima se recicla, en el camino ha quedado un gran consumo de energía y recursos.
En la fase de impresión lo adecuado es usar máquinas que se ajusten al tamaño del papel y al formato del libro. Y, por supuesto, utilizar energías verdes para ponerlas en funcionamiento.
Distribución
El transporte constituye una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Hay libros que recorren miles de kilómetros hasta llegar a tus manos, por eso es tan importante neutralizar la huella de carbono de su viaje y usar los transportes menos contaminantes: trenes de largo recorrido o proyectos de movilidad eléctrica o híbridos.
Tampoco hay que olvidar el embalaje que los acompaña en este camino y optar por no utilizar plásticos y elegir otros materiales más ecológicos como el cartón reciclado.
Librerías
Las opciones que tienen las librerías para ser sostenibles son muchas y variadas: utilizar energía verde, medir la huella de carbono de sus proveedores y que estos sean locales, gestionar los residuos y sus embalajes, informar a sus clientes sobre las medidas que adoptan y el compromiso ecológico de los libros que venden… Su labor es importante porque además de reducir su impacto ambiental también pueden presionar a toda la cadena de suministro.
Lectores
Dicen que no hay que juzgar a un libro por su cubierta, pero quizá sí deberíamos empezar a hacerlo por su materia. Un elemento muy importante de la ecoedición es la comunicación del impacto ambiental que produce cada ejemplar. Ofrecer esa información da a los lectores la posibilidad de elegir y decidir si quieren apoyar a aquellas editoriales que apuestan por un consumo responsable.¿Y cuando ya hemos leído un libro? Lo más usual es que lo coloquemos en nuestra librería donde probablemente acabará acumulando polvo y nadie volverá a leerlo. Pero también podemos optar por que siga con su ciclo de vida e introducirlo en una red bookcrossing, llevarlo a una librería de segunda mano, regalárselo a tu cuñado, donarlo a una biblioteca… A la hora cuidar nuestro medioambiente ¡todo suma!