Lana Corujo (Lanzarote, 1995) siempre ha dicho que mira con las manos, porque es mediante la escritura y el dibujo donde encuentra su lenguaje.
Su dificultad para hablar en voz alta durante su infancia la llevó a cultivar la escritura y fue sobre el papel donde encontró el lugar donde colocar su voz, donde expresar sus enfados, alegrías o emociones sin más y, desde entonces, sigue usando la literatura para hablar de lo que existe en lo hondo.
Aunque se formó durante varios años en Madrid y Francia, en 2021 volvió a Lanzarote, donde trabaja como editora en La Carmensita Editorial y como diseñadora en el Estudio Gofio.
En 2020 formó parte de la antología Diarios del encierro (Índigo Editoras), una recopilación de relatos escritos durante el confinamiento, y un año después publicó su primer poemario, Ropavieja (Editorial Dieciséis).
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