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Tú también puedes escribir

Escribir y, en concreto, lo que se entiende por escritura creativa se suele asociar a esas personas capaces de construir universos y personajes, argumentar discursos y exponer sus ideas de una manera estética y que, además, saben utilizar la retórica y la técnica para comunicar y expresar. 

La escritura, como proceso creativo, tiene muchas maneras de ser abordada. Juan Rulfo decía que lo más importante para él a la hora de redactar era la intuición, que podía llevarle a algo que no había sucedido en la realidad pero sí sucedía en la escritura. Él se sentía como un canal por el que pasaban todos esos sucesos aún desconocidos, siendo el inconsciente y la intuición quienes le llevaban a crearlos. Pero para llegar a este punto antes precisaba de una técnica y, sobre todo, decía, tener muy claro el tema que estaba tratando. Tener ese foco es lo que, según el autor mexicano, le llevaba directo por el camino de la escritura.

Pero la escritura creativa es también una disciplina, una rama del saber humano con objeto y método, que puede ser enseñada a través de herramientas creativas y recursos para escribir y expresarse mejor. Y ahí es donde entran en escena los cursos y talleres de escritura creativa. Aunque la mayor parte de las personas que se acercan a este aprendizaje tienen la vocación de escribir (novelas, relatos, ensayos) y ejercer profesionalmente de ello, cada vez son más los que lo hacen por el placer de aprender, porque les interesa la literatura y quieren entender el proceso desde dentro. Sea cual sea la motivación, lo cierto es que han proliferado estos cursos o talleres impartidos, muchos de ellos, por autoras y autores reconocidos.

Una de ellas es Eva Losada Casanova. Su primera novela, En el lado sombrío del Jardín (Funambulista, 2014), fue finalista del Premio Planeta de novela y del Premio Círculo de Lectores y la segunda, El sol de las contradicciones (Alianza Editorial, 2017), ganó el XVIII Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. Losada es la fundadora y directora de la escuela de escritura creativa La Plaza de Poe y también ofrece talleres de narrativa en la Casa del Lector, centros culturales y la Red de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid. 

Su experiencia le ha permitido conocer bien el tipo de perfiles y motivaciones de quienes se acercan a esos talleres. “Las personas que se inscriben en un primer taller de creación literaria buscan tener una rutina creativa, contrastar sus escritos, recuperar el placer por la escritura, ensanchar su horizonte literario con nuevas lecturas y, casi todo el mundo, saber si escriben bien o mal. Esto último es algo que en un taller de escritura se averigua muy rápido”.

Recibir estos talleres o formaciones por el mero placer de hacerlo, sin pretensiones profesionales o artísticas, ofrece a nivel personal mucho más de lo que pueda parecer. Para Losada, lo más importante que se pueden llevar los alumnos es “cantidad de nuevas lecturas, descubrimientos de autores y de formas de escribir, accediendo así a todo un mundo que les hace reorientar su día a día a pasar más tiempo leyendo o escribiendo; pero, sin olvidar, la dimensión social de hacer nuevas amistades con las que compartir afición, intercambiar lecturas y llevarse feedbacks sobre sus escritos”. 

Por lo general —explica Losada—, educan su capacidad lectora y de comprensión, van abordando lecturas mucho más complicadas y les gusta saberse capaces de hacerlo. Son mucho más críticos. Leen de otra manera, porque entienden las trastiendas de los textos, los andamios, lo invisible para muchos”.

Además, la autora y formadora también ha detectado dos grandes beneficios en las personas que realizan los talleres: uno es el gran acompañamiento que supone para las personas mayores durante la jubilación y, el otro, la ayuda que proporciona a personas con trabajos u otras obligaciones para abstraerse de las mismas y del estrés que les puedan provocar. 

Por supuesto, en los talleres existe un perfil más profesional que quiere dedicarse a la escritura y formarse adquiriendo herramientas y técnicas nuevas con las que dar un salto en su trayectoria. Según la experiencia de Eva Losada, este perfil profesional suele ser de un 20 % entre quienes se inscriben en sus talleres. 

Las edades de los participantes son muy variadas, entre 20 y 70 años, y sus perfiles también —periodistas, profesores de instituto, correctores, traductores, creativos de cualquier campo, profesionales de marketing, filólogos…—, pero que casi siempre relacionados con la palabra escrita. 

Son personas que, según ella, “quieren dedicarse en serio a la literatura, se están formando para sacar su propia obra y que algún editor apueste por ellos. Este tipo de perfiles trabajan muchísimo y suelen estar durante dos o tres años, a veces más, preparándose. Muchos de ellos terminan ganando certámenes y publicando”. 

Hay varios niveles en este tipo de talleres. Pero el proceso generalmente, si los alumnos se dan el tiempo para ello, consiste en: “Iniciarse con el aprendizaje básico de voces narrativas, estructuras temporales, elementos integradores y de distribución, giros, personajes o diálogos”, explica. “Y luego, poco a poco, pasan a estructuras más complicadas, necesarias para enfrentarse a una novela”.

Eva Losada también participó en el diseño del curso que ofreció La Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte, junto con la Asociación Colegial de Escritores (ACE) y el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO): «De la Creación a la Librería. Cómo se hace un escritor y cómo trabaja un escritor en España», enfocado a este último perfil que busca una formación más profesional. El curso nació tras detectar la necesidad de muchos autores noveles que, además de perfeccionar su escritura, necesitan conectarse y conocer de primera mano el mundo editorial. El objetivo es orientar a futuros creadores, escritores, guionistas, poetas, etc., en su aterrizaje en el mundo editorial y, sobre todo, en el creativo.  

Las edades de los participantes son muy variadas, entre 20 y 70 años, y sus perfiles también —periodistas, profesores de instituto, correctores, traductores, creativos de cualquier campo, profesionales de marketing, filólogos…—, pero que casi siempre relacionados con la palabra escrita. 

“Es un curso completísimo y tremendamente útil. A mí me hubiera encantado haber tenido la posibilidad de formarme en algo así cuando comencé mi carrera como escritora y antes de mi primera incursión en el sector editorial”, afirma Losada.

Sea cuál sea tu perfil y tu interés en la lectura o la escritura siempre habrá un taller a tu medida. Además de las escuelas privadas, existen numerosos recursos públicos como los que ofrecen las redes de bibliotecas públicas en las distintas comunidades autónomas. Estas suelen programar periódicamente clubes de lectura o talleres de creación más especializados, como los que hay en la Red de Bibliotecas Públicas de la Comunidad de Madrid, que se centran en diferentes géneros literarios —relato breve, novela, poesía— y técnicas. Las bibliotecas andaluzas también tienen clubes de lectura para diferentes géneros literarios; y la red de bibliotecas de Barcelona que, además de clubs de lectura, ofrece un curso más amplio de iniciación a la novela y otro taller internacional, en este caso virtual, de escritura creativa.